Adaptación de las pymes a la normativa de control horario: desafíos y soluciones

Adaptación de las pymes al control horario 12 junio 2025 María Alcaraz

Cuando una pyme escucha “control horario obligatorio”, lo habitual es una de estas dos reacciones: o se encoge de hombros pensando que con su hoja de Excel ya cumple, o entra en pánico porque no tiene ni idea de por dónde empezar. Lo curioso es que ambas posturas suelen tener algo en común: no se está cumpliendo la normativa, aunque se crea que sí.

La exigencia legal de registrar el horario de cada persona que trabaja en la empresa no es nueva, pero todavía hoy —años después de su entrada en vigor— sigue generando dudas, errores y una sensación de que, para las pymes, adaptarse es casi misión imposible. ¿Cómo compatibilizar esta obligación con los ritmos reales de un negocio pequeño? ¿Qué pasa si mi equipo está en remoto, tiene turnos cambiantes o trabaja por objetivos? ¿Realmente me pueden sancionar si lo llevo todo “más o menos”?

Este post está pensado para responder a esas preguntas con claridad, sin rodeos y desde la experiencia real de quienes se han visto en la misma situación. Vamos a desmontar mitos, explicar bien qué exige la ley y cómo aplicarlo sin volvernos locos. Porque adaptarse no tiene que suponer más carga, sino más control. Y sí, también más tranquilidad.

Qué exige la normativa actual sobre control horario en España

Desde mayo de 2019, todas las empresas están obligadas por ley a llevar un registro diario de la jornada laboral de sus empleados, independientemente del tamaño, del sector o del tipo de contrato. Esta obligación no es una recomendación ni una opción, sino una norma recogida en el Real Decreto-ley 8/2019, cuyo objetivo es garantizar la transparencia en el tiempo de trabajo y prevenir abusos, horas extra no remuneradas y descontrol en la jornada efectiva.

Para muchas pymes, este cambio supuso un antes y un después en la forma de entender la gestión del tiempo laboral. Lo que antes podía resolverse con una hoja de Excel, un cuadrante colgado en la pared o, directamente, con la confianza verbal entre empleador y trabajador, dejó de ser válido legalmente. Y no cumplirlo puede salir caro: las sanciones pueden superar los 7.500 euros por trabajador, tal y como recoge la guía oficial de la Inspección de Trabajo.

La realidad es que el control horario es hoy una de las obligaciones más vigiladas en el marco de las inspecciones laborales en España. Y no tenerlo bien implementado ya no es una cuestión interna: es un riesgo legal.

Obligaciones legales desde el Real Decreto-ley 8/2019

El Real Decreto-ley 8/2019 modificó el artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores e introdujo la obligación de registrar la hora exacta de entrada y salida de cada persona trabajadora. Este registro debe hacerse todos los días, sin excepción, y no puede basarse en estimaciones, medias ni suposiciones.

A efectos prácticos, la norma exige:

  • Que el registro sea individual por persona trabajadora.
  • Que recoja de forma fehaciente la hora de inicio y fin de la jornada.
  • Que esté disponible para consulta por parte de Inspección de Trabajo durante cuatro años.
  • Que no se sustituya por cuadrantes, partes de trabajo, listados firmados genéricos ni otro tipo de documentación informal.
  • Que pueda acreditarse ante un inspector sin necesidad de cálculos ni interpretaciones adicionales.

Además, el registro horario debe mantenerse actualizado y ser accesible también para la persona trabajadora, que tiene derecho a conocer sus propios datos y revisarlos.

Qué debe incluir el registro diario de jornada según la ley

El registro diario debe contener como mínimo:

  • Nombre completo del trabajador o identificación inequívoca.
  • Fecha concreta de la jornada registrada.
  • Hora real de inicio y finalización de la jornada de trabajo.
  • Posiblemente, aunque no de forma obligatoria, los descansos intermedios (si estos no computan como tiempo de trabajo efectivo).

Es importante aclarar que el registro no es la planificación. El cuadrante sirve para prever turnos, pero lo que exige la ley es la constatación real de lo trabajado cada día. Es decir, aunque tengas una planificación teórica perfecta, si no registras la jornada diaria, estás incumpliendo la norma.

Y, por supuesto, este registro no puede ser alterado a posteriori ni manipulado. Tiene que ser trazable, auditado si es necesario, y mantenerse disponible sin interrupciones durante al menos cuatro años.

Diferencias entre control horario, fichaje y jornada efectiva

Uno de los errores más frecuentes en pymes es confundir el control horario con “fichar” o con “calcular la jornada”. No son lo mismo.

  • Control horario: es la obligación legal de registrar diariamente el tiempo trabajado. Es un sistema que recoge la información y la conserva de forma trazable.
  • Fichaje: es una de las formas de registrar el horario. Puede hacerse mediante app, tarjeta, huella, código… pero fichar por sí solo no garantiza que el control horario sea válido si no hay trazabilidad y almacenamiento adecuado.
  • Jornada efectiva: es el tiempo de trabajo que realmente se realiza, descontando pausas no computables o tiempos muertos. La ley exige registrar la jornada real, no solo el “estar presente”.

Por tanto, no basta con “tener una app de fichaje” si esa herramienta no permite extraer informes válidos, guardar los datos legalmente o auditar los registros ante una inspección. El control horario es un sistema legal y técnico, no una simple rutina operativa.

Por qué las pymes tienen más dificultades para adaptarse

El cumplimiento del control horario no debería ser un problema si la normativa fuera clara, los recursos abundantes y el tiempo sobrara. Pero eso no es lo que ocurre en la realidad de una pyme. En el día a día de quien tiene que gestionar un negocio pequeño, coordinar un equipo polivalente y sacar adelante la operativa con los mínimos recursos, el control horario puede percibirse como un engorro más. Y muchas veces, lo es. Sobre todo cuando no se cuenta con una solución adecuada.

La mayoría de incumplimientos no se deben a una mala intención, sino a la falta de medios, de conocimiento o simplemente de tiempo para organizarlo todo bien. Pero las consecuencias legales, económicas y organizativas son las mismas.

Limitaciones de recursos: tiempo, personal y presupuesto

La mayoría de pymes en España tienen menos de 10 trabajadores. Muchas funcionan sin departamento de RR. HH., con tareas administrativas compartidas entre gerencia, contabilidad o personal de confianza. Esto provoca que, en muchos casos, no haya ni estructura ni responsabilidad clara sobre cómo registrar la jornada ni cómo conservar los datos.

Además, existe la creencia de que implantar un sistema profesional es caro, complicado o poco realista para un negocio pequeño. Y eso lleva a muchas pymes a soluciones de andar por casa: fichajes en papel, firmas manuales, hojas de cálculo improvisadas o apps gratuitas sin trazabilidad. El resultado no solo no cumple con la ley, sino que genera aún más trabajo.

Falta de procesos internos y desconocimiento normativo

No tener procesos claros ni personas responsables es otro gran escollo. En muchas pymes no hay un protocolo definido para fichar, para registrar pausas, para justificar ausencias o para revisar las horas acumuladas. El desconocimiento lleva a errores como:

  • Creer que el fichaje solo es obligatorio para los contratos a tiempo completo.
  • Pensar que los contratos a tiempo parcial no necesitan registrar su jornada.
  • Desconocer que se deben guardar los datos durante 4 años aunque el trabajador ya no esté en plantilla.
  • No informar a los empleados del sistema de fichaje ni de su derecho a conocer sus registros.

Y si un inspector aparece sin previo aviso y pide esa documentación, la excusa de “no sabíamos” no es válida.

Consecuencias de un mal registro: sanciones, tensión y caos administrativo

Un sistema mal implantado o mal ejecutado no solo acarrea sanciones económicas que pueden ir de los 751 a los 7.500 euros por infracción, sino que también puede generar conflictos con el personal, mal ambiente y una carga de trabajo administrativa insostenible.

Las consecuencias más habituales son:

  • Multas tras inspección por registros incompletos o inexistentes.
  • Reclamaciones de empleados por horas extra no reconocidas o mal calculadas.
  • Retrasos en nóminas al no poder calcular bien el tiempo trabajado.
  • Carga adicional para el responsable (generalmente el gerente), que debe revisar manualmente hojas o correos.
  • Falta de visibilidad sobre la productividad y la cobertura real de los turnos.

Cuando no hay control, todo se vuelve reactivo. Y eso, en una empresa pequeña, es sinónimo de desgaste.

Principales errores que cometen las pequeñas empresas con el control horario

La intención no siempre basta. De hecho, muchas pymes tienen la voluntad de cumplir con la normativa de control horario, pero tropiezan por falta de medios, desconocimiento técnico o rutinas heredadas que ya no funcionan. El problema es que esos errores, aunque parezcan pequeños, se acumulan y pueden tener consecuencias graves. No solo a nivel legal, sino también en la gestión interna y la relación con el equipo.

Detectar estos fallos a tiempo es el primer paso para corregirlos. El segundo, dotarse de un sistema ágil, automatizado y adaptado al tamaño real de la empresa.

Fichajes manuales o poco fiables: registros en papel y hojas de Excel

Aunque legalmente no se prohíben los sistemas manuales, la realidad es que hoy ningún inspector considera válida una hoja firmada a final de mes o un Excel sin trazabilidad. Los registros deben ser precisos, diarios, con marca de hora y sin posibilidad de modificación posterior sin dejar huella.

Los sistemas en papel tienen múltiples debilidades:

  • Son fácilmente manipulables.
  • No permiten registrar pausas reales.
  • Obligan a recopilar y almacenar archivos físicos durante años.
  • No generan informes automáticos ni alertas ante incidencias.

El Excel no es mucho mejor. Puede parecer práctico al principio, pero sin validación de entrada y salida en tiempo real, sin auditoría de cambios y sin sellado horario, pierde toda fiabilidad. Ante una inspección, no sirve como prueba legal sólida.

Jornadas incompletas o mal registradas: pausas, descansos, desplazamientos

Otro error común es registrar solo la hora de entrada y salida, ignorando los descansos intermedios, los tiempos de desplazamiento (en el caso de trabajadores móviles) o los cambios de actividad. El problema no es solo técnico, es legal: si una jornada incluye una pausa de 40 minutos no computable y esta no se registra, se está falseando la duración del trabajo efectivo.

En sectores como el mantenimiento, la limpieza, la instalación o la distribución, donde el personal no está en una oficina fija, este fallo es todavía más habitual. Muchos trabajadores no tienen instrucciones claras sobre cómo fichar durante el día o directamente no lo hacen, dejando huecos difíciles de justificar.

Una solución eficaz debe poder registrar fichajes múltiples durante la jornada, pausas programadas o libres y, si es necesario, geolocalizar ciertos registros para evitar errores o malentendidos.

Ausencia de control en turnos flexibles o personal en remoto

El trabajo híbrido o totalmente remoto no exime de cumplir con la ley. Esta es una de las grandes confusiones actuales. Aunque un empleado tenga flexibilidad horaria o trabaje desde casa, su jornada debe estar igualmente registrada, con la misma precisión que si estuviera en oficina.

Muchas pymes que han adoptado formatos mixtos no han actualizado su sistema de control horario, confiando en la autorresponsabilidad del equipo o utilizando herramientas no adaptadas. El resultado son:

  • Jornadas incompletas.
  • Horas extra no justificadas.
  • Dificultades para cuadrar turnos y nóminas.

Un software adecuado permite registrar la jornada desde cualquier dispositivo, establecer ventanas horarias, validar la ubicación del fichaje si se desea y cruzar esos datos con la planificación general.

Qué dice la Inspección de Trabajo sobre el control horario en pymes

Desde 2019, la Inspección de Trabajo ha emitido instrucciones claras y específicas sobre el control horario, especialmente dirigidas a las pequeñas empresas. Lejos de ser una sugerencia, el registro de jornada es una exigencia legal cuyo incumplimiento se sanciona con contundencia, incluso si la empresa tiene solo dos empleados.

Además, en 2023 se han intensificado las campañas de inspección aleatoria, con especial foco en sectores con alta estacionalidad, contratación parcial o jornadas irregulares. Y la mayoría de los requerimientos empiezan con una pregunta directa: ¿puede enseñarme el registro diario de jornada de los últimos cuatro años?

Sanciones más habituales por errores en el registro de jornada

La Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social (LISOS) clasifica los fallos en el registro horario como infracciones graves. Las sanciones pueden ir desde los 751 hasta los 7.500 euros por centro de trabajo y por infracción.

Los motivos más habituales de sanción son:

  • No disponer de ningún sistema de registro.
  • Tener registros genéricos, sin hora exacta de inicio y fin.
  • No conservar los registros durante el periodo legal (4 años).
  • No permitir el acceso del trabajador a su propio registro.
  • No entregar la documentación requerida durante una inspección.

Y atención: el hecho de que el personal no fiche porque “siempre hace el mismo horario” no es una justificación válida.

Cómo actúa la Inspección y qué documentación puede exigir

Una inspección puede producirse tras una denuncia, de forma aleatoria o como parte de una campaña sectorial. En cualquier caso, los inspectores están facultados para:

  • Solicitar los registros diarios de jornada de los últimos 4 años.
  • Verificar la correspondencia entre esos registros y las nóminas.
  • Revisar los contratos para comprobar si la jornada acordada coincide con la trabajada.
  • Pedir información sobre el sistema de fichaje y su trazabilidad.
  • Entrevistar a los trabajadores para contrastar la información.

Si los documentos no están disponibles en el momento de la visita o no se pueden presentar en el plazo indicado, la infracción se formaliza automáticamente. No es necesario demostrar mala fe: la falta de registro ya es, por sí sola, motivo de sanción.

Casos reales de multas por incumplimiento en negocios pequeños

Durante los últimos años se han hecho públicos varios casos de sanciones a pequeñas empresas por errores en el control horario. Algunos ejemplos:

  • Una tienda de ropa en Sevilla fue multada con 3.250 € por tener hojas de control firmadas mensualmente, sin detalle de entrada y salida diaria.
  • Una panadería en Zaragoza recibió una sanción de 5.000 € al no conservar los registros de dos trabajadoras que ya no estaban en plantilla.
  • Un taller mecánico en Valencia fue sancionado con 7.500 € tras una inspección sorpresa que evidenció la falta de registros desde hacía más de un año.
  • Un centro estético en Madrid recibió una advertencia formal por no registrar las pausas de una empleada a jornada parcial, lo que falseaba su tiempo efectivo de trabajo.

Ninguno de estos negocios tenía mala intención. Simplemente no habían implementado un sistema profesional. Y el coste no fue solo económico: también sufrieron tensiones internas, pérdidas de tiempo en gestiones administrativas y un deterioro de la confianza en el equipo.

Soluciones prácticas y sostenibles para cumplir sin complicaciones

Adaptarse a la normativa de control horario no tiene por qué convertirse en una carga operativa. Muchas pequeñas empresas viven con la sensación de que “la ley no está pensada para ellas”, cuando en realidad hay formas muy sencillas, eficaces y adaptadas de cumplir sin perder tiempo ni recursos. Lo importante es partir de un enfoque realista, que se adapte al tamaño, a los medios disponibles y al tipo de jornada que se aplica en cada plantilla.

Con un poco de orden inicial, criterios claros y el uso de herramientas básicas pero bien elegidas, cualquier pyme puede estructurar su control horario sin necesidad de contar con un departamento jurídico o un software de gran empresa.

Cómo estructurar el control horario sin ser una gran empresa

No hace falta reinventar la rueda, pero sí definir un sistema que funcione en la práctica. Para estructurar un control horario que cumpla con la ley y sea útil para la empresa, lo primero es tener claro cómo trabaja el equipo: si hay turnos fijos o rotativos, si existe flexibilidad horaria, si hay empleados en remoto o con jornadas parciales, etc.

Con eso claro, es imprescindible establecer:

  • Quién es responsable de revisar los registros.
  • Cómo se va a fichar (móvil, tablet, ordenador, app, etc.).
  • Dónde se van a guardar esos datos y por cuánto tiempo.
  • Qué procedimientos seguir en caso de errores, olvidos o incidencias.

Aunque parezca evidente, muchas pequeñas empresas no tienen esto documentado. Lo resuelven “sobre la marcha” y es ahí donde surgen los problemas. Un control horario informal no es solo un riesgo legal, también es fuente de conflictos internos, duplicidades y desconfianza.

Qué debe recoger el registro: ejemplos prácticos por tipo de jornada

La normativa no entra a detallar el formato del registro, pero sí deja claro qué debe incluir. Y es importante saber que los requisitos son los mismos para cualquier empresa, tenga dos empleados o cincuenta.

Algunos ejemplos prácticos:

  • Empleado con jornada partida en tienda física: debe registrar hora de entrada, salida a descanso, vuelta del descanso y salida final.
  • Trabajadora en remoto con horario flexible: el sistema debe registrar al menos el inicio y fin de jornada real, aunque las pausas sean flexibles.
  • Personal de limpieza por horas en varios clientes: el registro debe reflejar cada tramo trabajado, aunque haya pausas largas entre ellos.
  • Repartidor en movilidad: debe poder fichar desde el móvil, sin depender de una oficina o local físico.

En todos los casos, es esencial que el trabajador tenga acceso a su propio registro y que este quede conservado por la empresa durante un mínimo de cuatro años.

Cómo automatizar el cumplimiento y ganar en orden y eficiencia

Automatizar no significa perder el control, sino todo lo contrario. Cuando una empresa automatiza su registro de jornada, lo que consigue es liberar tiempo administrativo, reducir errores humanos y tener toda la información accesible y organizada en caso de auditoría.

Además, permite:

  • Detectar desajustes entre lo planificado y lo trabajado.
  • Controlar horas extra de forma inmediata.
  • Evitar fichajes fuera de horario sin supervisión.
  • Acceder a informes en tiempo real por centro, equipo o persona.

Con una solución bien configurada, la empresa puede olvidarse de revisar papeles, firmar hojas a final de mes o entrar en discusiones sobre “quién fichó qué”. Y lo mejor: no hace falta hacer una inversión descomunal ni implantar un sistema complejo.

Uso de software de gestión de turnos y control horario en pymes

La ley exige el control de jornada, pero no dice cómo debe hacerse. Esto da lugar a muchas interpretaciones, pero también a una gran oportunidad para las pequeñas empresas: elegir un sistema de control horario que no solo cumpla con la normativa, sino que ayude de verdad a organizar los turnos, mejorar el reparto del trabajo y anticiparse a los problemas del día a día.

Aquí es donde los softwares especializados marcan la diferencia. Frente a las soluciones genéricas o improvisadas, las herramientas diseñadas para planificación y control horario ofrecen automatización, trazabilidad y agilidad operativa.

Por qué digitalizar el registro horario es más seguro y económico

Digitalizar el registro horario permite a las pymes cumplir con la ley de forma más sencilla, rápida y trazable. Pero, además, reduce el riesgo de errores que acaban en sanción, ahorra tiempo administrativo y facilita la gestión de horarios, ausencias y turnos.

¿Y en qué se traduce esto?

  • Menos discusiones internas sobre fichajes mal hechos.
  • Informes automáticos en caso de inspección.
  • Alertas cuando se superan las horas pactadas.
  • Centralización de toda la información en un solo lugar.

Además, con una solución bien adaptada al tamaño del negocio, el coste es mucho menor que el de enfrentarse a una multa o a una revisión de nómina con errores acumulados.

Funcionalidades imprescindibles para pequeñas empresas

Cuando una pyme elige un software de control horario y turnos, no necesita todas las funciones de una multinacional. Pero sí hay ciertos elementos imprescindibles que marcan la diferencia:

  • Registro horario desde cualquier dispositivo.
  • Fichaje con geolocalización o IP validada (para teletrabajo).
  • Gestión de turnos, cuadrantes y cambios de última hora.
  • Exportación rápida de informes legales.
  • Acceso para empleados a su registro y calendario.
  • Avisos automáticos de irregularidades.

Una herramienta con estas características no solo cumple con la normativa. También mejora la experiencia del equipo, reduce tensiones y permite tomar decisiones de forma más ágil y con más datos sobre la mesa.

Cómo ayuda Plain a adaptarse a la ley sin perder tiempo ni recursos

Plain ha sido diseñado precisamente para esto: ayudar a pequeñas y medianas empresas a cumplir con la ley sin complicarse la vida. Su enfoque visual, su sencillez de uso y su flexibilidad lo hacen ideal para pymes que no cuentan con grandes equipos de recursos humanos pero necesitan tenerlo todo bajo control.

Con Plain puedes:

  • Crear y modificar cuadrantes en segundos.
  • Asignar turnos en función de la disponibilidad real del equipo.
  • Registrar automáticamente la jornada de cada persona desde el móvil.
  • Detectar desviaciones antes de que se conviertan en un problema.
  • Generar informes válidos para Inspección de Trabajo con un clic.

Todo desde una interfaz que entiende que el tiempo del pequeño empresario vale oro. Y que las soluciones, si no son simples, no sirven.

Ventajas de cumplir bien: más que evitar sanciones

Cumplir con la normativa de control horario no debería vivirse como una obligación ni como una carga. De hecho, cuando una pyme implementa bien el registro de jornada, empieza a notar beneficios que van mucho más allá de evitar multas. Desde el primer mes, el equipo trabaja con más claridad, se reducen los malentendidos y se recupera tiempo que antes se perdía en tareas manuales o gestiones internas innecesarias.

El control horario, cuando se hace con sentido y no como un simple trámite, puede convertirse en una herramienta de gestión mucho más valiosa de lo que parece a simple vista.

Mejor ambiente laboral, confianza y reducción del conflicto interno

Una de las principales causas de conflicto en las pequeñas empresas es la sensación de desigualdad o desorganización: turnos mal repartidos, horas extra que nadie valida, personas que sienten que trabajan más que otras sin reconocimiento… Todo eso, en gran parte, se puede evitar con un sistema de control horario claro y accesible.

Cuando todo el equipo sabe cómo se registran las jornadas, cuándo empieza y termina su tiempo de trabajo, y qué normas se aplican por igual para todos, se construye un clima más justo. Y eso se nota. Menos quejas, menos roces, más sensación de orden.

Información útil para tomar decisiones de equipo y operativas

Los datos de control horario no sirven solo para cumplir con la Inspección. También aportan visibilidad. Permiten saber cuántas horas reales se están trabajando, qué turnos están más saturados, dónde hay picos de demanda o qué personas podrían estar sobrecargadas.

Este tipo de información es clave para tomar decisiones como:

  • Reorganizar turnos de forma más equitativa.
  • Identificar áreas donde se pierden horas productivas.
  • Reforzar franjas horarias críticas.
  • Establecer sistemas de incentivos o descansos más ajustados.

La diferencia entre una empresa que actúa con intuición y otra que decide con datos está en la capacidad de anticiparse y no apagar fuegos cada semana.

Ahorro de tiempo, errores y carga administrativa en el día a día

Muchos pequeños negocios siguen registrando las horas en papel, por WhatsApp o en archivos que se pierden con facilidad. Cuando llega el fin de mes, hay que cuadrar registros, pedir firmas, revisar horas… y cruzar los dedos para que todo cuadre.

Digitalizar el proceso ahorra tiempo, reduce errores y evita tareas que no aportan valor. Con una app como Plain, en lugar de perder una tarde revisando cuadrantes y Excel, el responsable puede generar un informe en segundos, revisar alertas automáticas o incluso anticiparse a incidencias antes de que se conviertan en un problema real.

Preguntas frecuentes sobre el control horario en pymes

Aunque la norma es clara, muchas pequeñas empresas siguen teniendo dudas muy prácticas sobre cómo aplicar el control horario. Aquí resolvemos algunas de las más habituales, sobre todo cuando no se dispone de un departamento de RR. HH. ni de soporte legal interno.

¿Puede un autónomo con empleados usar una app para fichar?

Sí. De hecho, es una de las formas más seguras y eficientes de cumplir con la obligación de registrar la jornada laboral. El hecho de ser autónomo con trabajadores no exime del cumplimiento del Real Decreto-ley 8/2019. Usar una app permite al autónomo mantener todo en orden, con registros accesibles y fiables, sin necesidad de imprimir hojas o guardar documentos físicos.

¿Qué pasa si los trabajadores no fichan? ¿Quién es el responsable?

La responsabilidad final recae siempre sobre la empresa. Es decir, si un empleado no registra su jornada, no es él quien será sancionado directamente, sino el empleador, por no garantizar un sistema válido de control horario.

Por eso, es fundamental que el método elegido sea ágil, accesible y difícil de eludir. Cuanto más fácil sea fichar —desde una app, con una interfaz clara y recordatorios automáticos— más probabilidades hay de que el sistema se use correctamente. Y si no se utiliza, al menos habrá trazabilidad para detectar la incidencia y corregirla.

¿Hay diferencias si el personal está a tiempo parcial o con contrato temporal?

No. La obligación de registrar la jornada se aplica por igual a todo tipo de contratos. Lo que sí puede variar es la duración de la jornada, y por tanto, el número de horas que deben reflejarse en el registro.

En contratos a tiempo parcial, el registro horario es especialmente importante, ya que cualquier desviación respecto a lo firmado puede generar conflictos o incluso sanciones si no está justificada. Además, la Inspección de Trabajo suele prestar más atención a estos casos, por el riesgo de que un contrato a media jornada encubra una dedicación mayor no registrada.

Conclusión: profesionalizar el control horario es más fácil de lo que parece

Organizar bien el control horario no requiere una estructura compleja ni grandes inversiones. Solo exige tener claros los criterios, elegir una herramienta adecuada al tamaño de la empresa y mantener una mínima disciplina organizativa. Cuando esto se hace, los beneficios no tardan en llegar: mejor clima interno, mayor eficiencia, más control y menos riesgos legales.

En lugar de vivir el control horario como una imposición, las pymes pueden aprovecharlo para mejorar su operativa diaria y construir una cultura laboral más ordenada y transparente.

Plain ha sido diseñado para ayudarte a dar ese paso. Con una herramienta sencilla, potente y pensada para el día a día real de las pequeñas empresas, puedes digitalizar turnos, registrar jornadas y cumplir con la ley sin perder tiempo ni dinero.

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