Claves para adaptar el control horario al nuevo Salario Mínimo Interprofesional de 2025

Salario mínimo y gestión horaria 08 mayo 2025 María Alcaraz

La subida del Salario Mínimo Interprofesional en 2025 no es solo una cifra más en el BOE. Es una medida con efecto directo en la gestión laboral del día a día, especialmente en sectores con alta rotación, trabajo por turnos o jornadas parciales. Esta actualización del SMI obliga a las empresas a revisar no sólo sus costes salariales, sino también cómo estructuran sus horarios, cómo asignan las horas y cómo registran la jornada de cada persona trabajadora. Lo que hasta ahora se daba por válido, necesita ajustarse. Y hacerlo bien es clave para cumplir con la normativa, evitar sanciones y mantener la rentabilidad del negocio.

El control horario ya no puede entenderse como una simple herramienta de fichaje. Se ha convertido en un mecanismo esencial para garantizar la trazabilidad de la jornada laboral, demostrar el cumplimiento de las condiciones salariales y adaptar, con agilidad, cualquier cambio normativo. En este escenario, donde cada hora cuenta —y cada céntimo también—, adaptar el sistema de control horario al nuevo SMI no es opcional: es una prioridad estratégica.

En este post os contamos cómo abordar esta adaptación de forma clara, legal y eficaz. Analizamos qué cambia con el nuevo SMI, cómo impacta en la planificación de turnos y qué exige la normativa vigente. Verás por qué el control horario es hoy más importante que nunca y cómo el uso de un buen software puede marcar la diferencia entre cumplir o no con la ley.

Cómo afecta el nuevo SMI 2025 a la gestión del tiempo de trabajo

El Salario Mínimo Interprofesional de 2025 ha subido un 5%, alcanzando los 1.134 euros mensuales en 14 pagas, según el acuerdo publicado en el BOE el pasado mes de febrero. Este incremento no solo supone un reajuste económico para las empresas, también obliga a revisar las condiciones laborales pactadas con las plantillas, especialmente en lo relativo al tiempo de trabajo. La jornada, los turnos, la organización de los descansos o la forma de registrar las horas reales adquiren un nuevo peso específico cuando se trata de garantizar que el salario recibido es proporcional a la jornada efectivamente realizada.

No se trata de una cuestión formal, sino de una conexión directa entre el control horario y la trazabilidad de que ese salario mínimo se cumple. Las empresas no pueden pagar por debajo del nuevo SMI y, para demostrarlo, deben tener pruebas fehacientes del tiempo real trabajado. Aquí es donde el registro horario, en su versión más actualizada, cobra protagonismo.

En sectores con alta presencia de contratos a tiempo parcial o jornadas variables, como la hostelería, el comercio o la logística, esta actualización exige un replanteamiento profundo de cómo se organizan y controlan los turnos. Y si no se hace con rigor, puede haber consecuencias legales y económicas. La Inspección de Trabajo ha comenzado ya a desplegar operativos específicos para verificar que el nuevo SMI se aplica de forma efectiva y no solo sobre el papel.

Cambios legales vinculados al control horario tras la subida del SMI

El artículo 34.9 del Estatuto de los Trabajadores obliga a todas las empresas a llevar un registro diario del horario laboral de sus trabajadores, con especial atención a la hora exacta de entrada y salida. Con la subida del SMI en 2025, esta obligación adquiere una nueva dimensión: se convierte en la herramienta clave para comprobar que los sueldos mínimos se aplican correctamente y que no hay fraccionamientos indebidos de jornada que maquillen pagos por debajo del mínimo legal.

Los tribunales han empezado a emitir sentencias que vinculan de forma directa el registro horario con el cumplimiento salarial. Es decir, si el registro no es riguroso, puede entenderse que no hay forma de demostrar que se ha abonado el salario correspondiente a la jornada efectiva, y eso abre la puerta a sanciones o incluso reclamaciones colectivas.

A nivel normativo, la reciente instrucción 3/2023 de la Inspección de Trabajo refuerza esta visión: en sus campañas específicas, los inspectores están obligados a contrastar el SMI aplicado con los registros horarios y nóminas, buscando posibles desajustes, especialmente en contratos parciales o irregulares.

Impacto del SMI en las horas extra, turnos partidos y jornadas irregulares

Uno de los efectos más sensibles del nuevo SMI recae en la forma en que se estructuran las horas extra y los turnos partidos. Muchas empresas que hasta ahora ofrecían sueldos ligeramente superiores al mínimo han visto cómo esa diferencia desaparece, obligando a repensar las compensaciones por trabajar fuera del horario habitual.

El impacto es más evidente en los siguientes escenarios:

  • Horas extra que ya no son rentables: al aumentar el coste base, muchas empresas optan por redistribuir jornadas en lugar de pagar extras.
  • Turnos partidos más difíciles de justificar: si un trabajador tiene que volver a su puesto tras una pausa de tres o cuatro horas, el coste total de su jornada puede acercarse peligrosamente al límite del SMI por hora.
  • Jornadas irregulares bajo lupa: ya no es posible utilizar la variabilidad horaria como forma de ajustar costes si ello implica bajar de facto el salario mínimo por hora.

En la práctica, esto se traduce en una tendencia clara hacia la reorganización de turnos en bloques compactos, más predecibles y mejor retribuidos, evitando fraccionamientos que puedan derivar en conflictos legales o laborales.

Sectores más afectados por la relación entre SMI y registro horario

El impacto no es homogéneo. Los sectores donde más peso tiene el trabajo a tiempo parcial o los sueldos cercanos al mínimo son los más expuestos. Según datos del INE, más del 50% de los contratos en hostelería, comercio minorista, cuidados personales, servicios auxiliares y limpieza se sitúan en franjas salariales directamente afectadas por el nuevo SMI.

En estos contextos, cualquier descuido en el registro horario puede derivar en una denuncia o en una inspección con consecuencias económicas importantes.

Además, muchos de estos sectores operan con una alta rotación de personal y jornadas irregulares, lo que hace imprescindible tener herramientas de control horario automatizadas, actualizadas y alineadas con la legislación vigente. Si el sistema de fichaje sigue siendo manual o desorganizado, es prácticamente imposible demostrar ante la autoridad laboral que se está cumpliendo la ley.

Obligaciones legales para las empresas: registro, retribución y jornadas

La empresa es responsable de organizar el trabajo y garantizar que se cumplen todas las condiciones laborales, incluida la retribución mínima legal. Y para probar que lo hace, debe disponer de un registro horario completo, accesible y trazable. La subida del SMI ha reforzado esta obligación, al vincular el salario mínimo directamente con el tiempo trabajado.

Además, la empresa debe asegurarse de que la jornada declarada en el contrato corresponde a la jornada efectiva registrada. No basta con firmar contratos de media jornada si, en la práctica, los empleados trabajan a tiempo completo sin el salario correspondiente. Este es uno de los focos principales de la Inspección de Trabajo en 2025.

Qué debe incluir el control horario con el nuevo SMI

El registro horario debe reflejar de forma fidedigna la jornada real. No se trata de una plantilla firmada a mano a final de mes ni de una estimación aproximada. El sistema debe registrar:

  • Hora exacta de inicio y fin de la jornada.
  • Descansos intermedios si no son computables como tiempo de trabajo.
  • Tiempo efectivo trabajado cada día.
  • Información accesible para el trabajador y conservada por la empresa durante al menos cuatro años.

Además, debe estar disponible en caso de inspección, ya sea en papel o en formato digital, y debe poder vincularse con la nómina y el contrato para comprobar que el salario abonado se corresponde con el tiempo trabajado.

Relación entre el salario mínimo y la compensación por turnos o nocturnidad

Uno de los errores más frecuentes en contextos de subida del SMI es considerar que los pluses por nocturnidad, festivos o turnos especiales pueden formar parte del salario mínimo. La jurisprudencia ha sido clara: el salario mínimo debe garantizarse como base, sin incluir complementos. Todo lo que sea nocturnidad, disponibilidad, peligrosidad o turnicidad debe añadirse encima del SMI.

Esto obliga a revisar los convenios colectivos y los sistemas retributivos de muchas empresas, ya que algunos esquemas salariales solapan el salario base con estos complementos. Con el nuevo SMI, esa práctica puede considerarse fraude.

Por tanto, el control horario no solo registra horas: también documenta cuándo se trabaja (de noche, en fin de semana, en jornada partida), y eso determina si procede pagar un plus. Sin un sistema preciso de fichaje, es imposible calcular los pluses con seguridad jurídica.

Inspección de Trabajo y control del cumplimiento: multas y sanciones

La Inspección de Trabajo ha reforzado sus mecanismos de control tras la subida del SMI. Las campañas actuales, impulsadas por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, están centradas en tres frentes:

  • Comprobación de que los salarios mínimos se abonan correctamente.
  • Detección de jornadas reales que no se corresponden con el contrato firmado.
  • Verificación de que el registro horario es fiable, accesible y completo.
  • Las sanciones por incumplimiento pueden alcanzar los 7.500 euros por trabajador en casos graves, además de la obligación de abonar los atrasos y regularizar cotizaciones. En casos de fraude masivo, se contemplan incluso penas de inhabilitación temporal para contratar con la administración o acceder a subvenciones.

El escenario no deja lugar a dudas: cumplir ya no es solo una cuestión ética o de reputación. Es una necesidad legal y económica. Y sin control horario riguroso, cumplir es imposible.

Estrategias para adaptar los turnos y el control horario sin aumentar costes

La creencia de que una subida del SMI implica, necesariamente, un aumento automático de los costes operativos es uno de los mayores errores de enfoque. La clave está en repensar el uso del tiempo. Y para ello es imprescindible trabajar sobre los datos reales del negocio: cuándo se produce más, cuándo se vende más, cuándo se requiere más personal… y cuándo no. Adaptar turnos sin tocar nóminas es posible si se toma el control de la planificación con criterios de eficiencia.

Muchas empresas están operando aún bajo esquemas rígidos heredados de convenios antiguos o por pura inercia operativa. Pero 2025 no da margen para eso. El control horario debe convertirse en una palanca de gestión inteligente, no en una mera obligación legal.

Cómo reorganizar los horarios para cumplir con el nuevo SMI sin perder eficiencia

La reorganización pasa por revisar el modelo completo de turnos. Es decir, no solo el quién, sino el cuándo y el cómo. Para ello es clave:

  • Auditar la cobertura real de los turnos actuales. ¿Hay solapes innecesarios? ¿Personal ocioso en tramos de baja actividad?
  • Identificar los picos de actividad y ajustar la plantilla a esa demanda real. Si una cafetería tiene la mayor afluencia de 13h a 15h, es absurdo repartir turnos simétricos durante todo el día.
  • Reducir los tiempos muertos. Un turno de 6h con 2h sin clientes o sin tareas útiles supone un coste que ahora, con el nuevo SMI, tiene mayor impacto.
  • Pasar de una planificación semanal a una planificación dinámica, apoyada en software que permita modificar turnos con agilidad, siempre cumpliendo la ley.

Un ejemplo claro: una tienda que antes tenía a 3 personas de apertura a cierre, ahora puede reestructurar para tener 2 en apertura, subir a 4 en la franja punta y volver a 2 al cierre. Sin reducir jornada global, se redistribuye mejor el tiempo efectivo de trabajo.

Ventajas de la planificación flexible frente al modelo tradicional

La planificación estática ha dejado de ser viable en la mayoría de negocios con turnos. La rigidez impide reaccionar ante variables como bajas, picos de demanda, nuevos pedidos o ajustes derivados de normativa. Y sobre todo, genera ineficiencias invisibles: personal asignado sin tareas claras, duplicidades, y conflictos por reparto de horas mal gestionadas.

La planificación flexible, bien aplicada, permite:

  • Alinear en tiempo real la disponibilidad del equipo con las necesidades del negocio.
  • Detectar y anticipar desajustes entre lo planificado y lo trabajado.
  • Reasignar turnos en función de habilidades, experiencia o rendimiento.
  • Introducir lógicas de turnos rotativos o preferenciales con criterios transparentes.

Eso sí: flexibilidad no es improvisación. Requiere procesos bien definidos, acuerdos con la plantilla y herramientas tecnológicas que aseguren trazabilidad. Aquí es donde sistemas como Plain marcan la diferencia, porque permiten reconfigurar turnos al vuelo sin perder el control ni romper lo pactado en convenio.

Reparto equitativo de horas y turnos: claves para evitar sobrecostes

Cuando no hay un reparto equitativo del tiempo de trabajo, las consecuencias no solo son éticas o de clima laboral. También lo son económicas y legales. La acumulación de horas en determinados perfiles, el uso excesivo de horas extra o la infrautilización de contratos parciales genera desviaciones salariales que, con un SMI más elevado, son más caras de asumir.

  • Para lograr un reparto justo y eficiente, se deben aplicar criterios como:
  • Equilibrio entre horas ordinarias y complementarias por persona.
  • Asignación rotativa de turnos desfavorables (noches, festivos, etc.).
  • Visibilidad para toda la plantilla de los criterios de planificación.
  • Alertas ante desequilibrios o repeticiones en el cuadrante.

Esto no solo reduce riesgos. Aumenta la motivación, mejora la retención del talento y optimiza la masa salarial sin necesidad de recortes. Además, ante una inspección o una denuncia interna, poder demostrar que el reparto de horas responde a un criterio objetivo es un factor de defensa esencial.

Software de gestión de turnos para adaptar el control horario al nuevo SMI

La digitalización no es una moda ni una cuestión de innovación: es una necesidad operativa. Y en un entorno regulado y fiscalizado como el laboral, contar con un software especializado marca la diferencia entre estar tranquilos o vivir expuestos. Si no puedes demostrar que cumples, es como si no cumplieras.

Por qué es clave digitalizar el control horario en 2025

La legislación laboral actual exige trazabilidad. Eso significa poder demostrar, ante una inspección o conflicto, qué persona trabajó, cuándo, durante cuánto tiempo y en qué condiciones. Si ese registro no es claro, fehaciente y seguro, se presume incumplimiento.

Digitalizar el control horario permite:

  • Registrar en tiempo real, sin errores humanos ni manipulación posterior.
  • Garantizar la integridad de los datos con sello de tiempo.
  • Evitar tareas administrativas redundantes como sumar manualmente horas.
  • Obtener informes automáticos ante auditorías o inspecciones.

El año 2025 es, en este sentido, un punto de inflexión. Con la reforma del SMI y las campañas de control laboral intensificadas, no se puede seguir trabajando con sistemas informales, partes firmados o apps no homologadas.

Funcionalidades imprescindibles para adaptar turnos y retribuciones

No todos los softwares son válidos. Las herramientas para gestionar turnos y horarios deben responder a la nueva realidad normativa y operativa. Algunas de las funcionalidades imprescindibles en este contexto son:

  • Asignación automática de turnos con reglas legales preconfiguradas.
  • Detección de solapamientos o exceso de jornada según convenio.
  • Integración con nóminas para verificar retribución proporcional al tiempo real trabajado.
  • Gestión de horas complementarias en contratos parciales.
  • Exportación inmediata de informes para inspección.
  • Registro por geolocalización o IP validada, en caso de teletrabajo.

Todo lo anterior permite al responsable de RR. HH. o al equipo de dirección tener una foto exacta de cómo se está cumpliendo el tiempo de trabajo, en qué condiciones y con qué coste asociado. Lo que antes implicaba horas de revisión manual hoy puede estar automatizado en segundos.

Cómo Plain ayuda a cumplir la normativa sin perder rentabilidad

Plain ha desarrollado su sistema desde una lógica realista: cumplir la ley sin que eso signifique complicarse la vida ni perder eficiencia. Su software permite a las empresas no solo adaptarse al nuevo SMI, sino convertir la gestión de turnos en una ventaja operativa.

Con Plain puedes:

  • Planificar turnos en función de la demanda y los recursos disponibles.
  • Controlar en tiempo real qué personas han fichado, quién falta, y cuántas horas se han trabajado.
  • Detectar al instante si hay alguien que supera jornada o si un contrato parcial se desborda.
  • Generar informes legales con todos los datos que pide Inspección.
  • Evitar pagos indebidos o mal calculados por errores en la asignación de turnos.

Todo esto se hace desde una única plataforma, accesible para el equipo y con visibilidad para los responsables. El resultado es más tranquilidad legal, menos riesgo económico y más capacidad de maniobra operativa. Y eso, en un contexto de SMI creciente y normas laborales exigentes, vale su peso en oro.

Preguntas frecuentes sobre control horario y SMI 2025

¿Es obligatorio actualizar el registro horario si cambia el SMI?

No hay una norma que obligue a cambiar el formato del registro horario por la subida del SMI. Pero sí es obligatorio que ese registro sea capaz de demostrar que el salario abonado corresponde al tiempo efectivamente trabajado.

Esto implica que si tu sistema actual no detalla las horas reales (no estimadas), no computa pausas o no está bien conservado, puede considerarse insuficiente. Y eso abre la puerta a sanciones.

¿Cómo se ajustan los contratos a tiempo parcial con el nuevo salario mínimo?

La clave está en el cálculo proporcional. Un contrato de 20 horas semanales debe asegurar que la retribución mensual (o por hora, si es variable) no queda por debajo del nuevo mínimo legal. Con el SMI de 1.134 €/mes en 14 pagas, la referencia por hora en 2025 es de 8,87 € brutos.

Cualquier salario inferior por hora se considera ilegal. Y, en inspección, lo primero que se solicita es el registro horario. Si no coincide con lo declarado en el contrato, puede considerarse fraude.

¿Qué ocurre si no se adapta el sistema de fichajes al nuevo SMI?

Los riesgos son reales:

  • Sanciones económicas desde 751 € hasta 7.500 € por trabajador.
  • Obligación de pagar atrasos desde la entrada en vigor del nuevo SMI.
  • Recargos en cotización a la Seguridad Social.
  • Riesgo de demandas individuales o colectivas.

Además, puede haber daños reputacionales, bloqueos en procesos de auditoría o pérdida de subvenciones públicas. La adaptación no es opcional. Es una inversión preventiva.

Conclusión: control horario adaptado, costes bajo control y cumplimiento legal

La subida del Salario Mínimo Interprofesional en 2025 no puede afrontarse desde la improvisación ni desde el miedo al sobrecoste. Exige estrategia, organización y visión de conjunto. El control horario, correctamente diseñado y digitalizado, se convierte en el eje para garantizar el cumplimiento legal sin que eso suponga sacrificar rentabilidad ni eficiencia operativa.

No se trata solo de cumplir con el SMI: se trata de transformar el modo en que las empresas gestionan su tiempo de trabajo. Turnos bien planificados, jornadas equilibradas, sistemas de fichaje seguros y datos disponibles en tiempo real. Todo eso ya no es un lujo: es lo mínimo exigible para funcionar con garantías en este nuevo escenario normativo.

Plain ha sido diseñado para eso. Para ayudarte a anticiparte, organizar tu equipo con agilidad y proteger tu negocio de errores evitables. Desde la planificación hasta el registro horario, pasando por el control de horas extra, contratos parciales o pluses específicos, Plain reúne en una sola herramienta todo lo que necesitas para adaptar tu organización al nuevo SMI.

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